El Perú ha sufrido su mayor retroceso en el Índice de Percepción de la Corrupción (IPC) 2024, según el informe de Transparencia Internacional. El país obtuvo solo 31 puntos sobre 100, ubicándose en el puesto 127 de 180 naciones evaluadas. Esta cifra marca su peor desempeño en los últimos años y refleja una creciente desconfianza en la lucha contra la corrupción.
En 2020, Perú tenía 38 puntos en el índice, pero desde entonces ha caído de manera sostenida. En 2023 registró 33 puntos, y este año bajó a 31, su nivel más bajo hasta la fecha. Este deterioro coincide con la gestión de Dina Boluarte, quien asumió la presidencia en diciembre de 2022 y enfrenta cuestionamientos e investigaciones por corrupción.
El informe señala que la percepción negativa en el país responde a factores como la desactivación de equipos especializados en lucha anticorrupción y la aprobación de leyes que favorecen la impunidad. Además, advierte que la corrupción está directamente relacionada con el aumento de la inseguridad ciudadana, facilitando delitos como la extorsión y el sicariato.
A nivel latinoamericano, Perú se ubica entre Ecuador y El Salvador en el ranking de percepción de corrupción. Además, es el penúltimo país entre los que buscan ingresar a la OCDE, solo superando a México, que tiene 26 puntos.
En el extremo negativo de la región, Venezuela (10 puntos) es el país con mayor percepción de corrupción en América Latina, seguido por Nicaragua (14), Haití (16) y Honduras (22). En contraste, Uruguay (76 puntos) y Chile (63 puntos) destacan como los menos corruptos del continente.
El informe también advierte que la corrupción no solo afecta la política y la seguridad, sino también la crisis climática. En Perú, leyes recientes, como la denominada Ley Antiforestal, podrían agravar la deforestación en la Amazonía y aumentar el riesgo para los defensores ambientales, quienes ya enfrentan amenazas en varios países con altos índices de corrupción.