Exactamente a las ocho y quince de la mañana, hora japonesa, el 6 de agosto de 1945, Estados Unidos lanzó el primer ataque nuclear de la historia sobre la ciudad de Hiroshima y tres días después, lanzó una segunda bomba atómica sobre Nagasaki.
Se estima que unas 210 000 personas perdieron la vida a lo largo de los años por los bombardeos, que también dejaron 150 000 heridos y consecuencias humanitarias y ambientales aún palpables.
Este miércoles la ciudad japonesa de Hiroshima conmemoró el 80 aniversario del primer bombardeo atómico de la historia perpetrado por el Ejército estadounidense, bajo la sombra de nuevos conflictos y entre crecientes llamamientos de los ‘hibakusha’, los supervivientes, para que estas armas nunca vuelvan a usarse.
Alrededor de 55 000 personas, incluyendo representantes de un récord de 120 países y regiones, incluyendo Rusia y Bielorrusia, asistieron a la ceremonia.
Se guardó un minuto de silencio mientras la campana de la paz sonaba a las 8:15 de la mañana, la hora exacta a la que la bomba ‘Little Boy’ fue lanzada por el bombardeo Enola Gay sobre la ciudad, causando la muerte instantánea de unas 70 mil personas, cifra que se duplicaría a finales de 1945.
El alcalde de Hiroshima, Kazumi Matsui, abrió los discursos del acto rememorando recuerdos del horror experimentado por los ‘hibakusha’ y su compromiso con la erradicación de las armas atómicas, asimismo, recordaba que Estados Unidos y Rusia, intensificaron su retórica belicista, aún poseen el 90 % de las ojivas nucleares del mundo.
La invasión rusa de Ucrania y «el caos» en Oriente Medio aceleran el desarrollo militar en todo el mundo y ante estos desarrollos los responsables de algunos países argumentan que las armas nucleares son esenciales para la defensa nacional.
En un mensaje, el Secretario General de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, reiteró que el riesgo de un conflicto nuclear aumenta gradualmente y advirtió que “las mismas armas que causaron tanta devastación en Hiroshima y Nagasaki están siendo utilizadas una vez más como instrumentos de coerción”.
El papa León XIV también conmemoró este miércoles el 80º aniversario del bombardeo nuclear estadounidense que devastó la ciudad de Hiroshima y criticó la búsqueda de una “seguridad ilusoria basada en la amenaza de destrucción mutua».
 
								 
															 
															 
															 
															 
															 
															