Antes de iniciar la Batalla de Ayacucho, ocurrió un episodio inusual en los escenarios bélicos. El general del ejército realista, Juan Antonio Monet, solicitó al general del ejército independentista, José María Córdova, que antes de librar la batalla definitiva, los oficiales y soldados que tuvieran familiares o amigos en el campo contrario pudieran reunirse para conversar y abrazarse.
«Recordemos que en ambos bandos había tanto españoles como criollos, e incluso indígenas, que formaban parte del ejército patriota y del realista. Algunos de ellos eran amigos, otros parientes, y se les permitió acercarse, abrazarse y luego separarse para dar inicio a la batalla«, comenta el historiador Rubén Pachari Romero.
Añade que uno de los aspectos que hoy en día se dejó de mencionar es el nombre del lugar. Inicialmente, el sitio de combate era conocido como el campo de Huamanguilla; posteriormente, se le llamó las pampas de Ayacucho, y hoy en día lo conocemos como las «Pampas de la Quinua».
Además, a mediados del siglo XX, especialmente en Ayacucho, se llegó a considerar que esta batalla nunca ocurrió. Este pensamiento fue parte de una corriente popularizada en sectores académicos a raíz de una publicación del historiador, político y ministro de justicia de la República Española, Salvador de Madariaga, quien planteó en 1951 en su obra Bolívar, una hipótesis en la que sugería que la batalla no se había librado, sino que fue un pacto o un simulacro entre los generales Juan Antonio Monet y José María Córdoba.
«Los ayacuchanos, siguiendo la teoría de Madariaga, se preguntaban: ¿Dónde están los muertos de esa batalla? Se supone que, después del combate, hubo casi 2000 muertos, entre oficiales y soldados. Se estima que fueron 1500 del ejército realista y entre 300 y 400 del ejército patriota», comenta.
El investigador Rubén Pachari precisa que, afortunadamente, con el tiempo, las investigaciones históricas, documentos y memorias de la época demostraron que la batalla efectivamente ocurrió el 9 de diciembre de 1824.
Es importante recordar que la independencia fue un proceso que comenzó a finales del siglo XVIII y se extendió a lo largo del siglo XIX.
«Hubo participación de indígenas peruanos hasta que se hizo necesaria la intervención de ejércitos extranjeros, debido a que la fuerza española en el Perú era mucho mayor que en otras regiones como Colombia o Buenos Aires, donde la independencia se alcanzó más rápidamente», señala.
Asimismo, la restitución de la Constitución de 1820 en España, una constitución liberal, impidió que dicho país enviase tropas y embarcaciones para defender sus colonias.