Por: Noelia Zelada
Andrés Javier Mamani es un periodista con más de cuatro décadas de experiencia, él tiene 64 años y nos cuenta su historia en medio de la evolución de los medios de comunicación con los acontecimientos sociales y políticos de nuestro país.
Don Javier es cofundador de Radio Yaraví, emisora arequipeña que inició sus actividades en 1993. Recuerda sus inicios en 1981, cuando se fundó el Centro de Comunicación Amakella.
«Comenzamos con las bocinas, con un par de parlantes y un tocadiscos», cuenta con nostalgia. Recuerda que sus primeras transmisiones de la radio fueron grabaciones en casetes y ahora, gracias a las redes sociales, la información se comparte de forma inmediata.
Actualmente se desempeña como conductor del programa «La Picantería», espacio que se emite desde hace varios años a través de Radio Yaraví y donde se abordan temas cruciales para Arequipa y el Perú.
«Defendemos la vida, los derechos humanos, el medio ambiente. Hablamos de nuestra historia, de la violencia que vivió el país y de las luchas actuales de la ciudadanía», explica.
Andrés recuerda con detalle una anécdota del 2000, cuando con micrófono en mano desafió a un coronel del Ejército durante una intervención en el distrito de Miraflores.
“Los pobladores habían ocupado una zona que se llamaba la Pradera. El defensor del Pueblo colocó efectivos policiales para cuidar los terrenos, pero un jueves en la madrugada el Ejército invadió el espacio, desplazó a los agentes y destruyó las casas con techos de calamina a pesar de que el coronel se comprometió a no intervenir la zona. Entonces, le pregunté al coronel por qué no cumplió su compromiso, no solo me arrebataron el transmisor, sino que me corrieron a pedradas”, manifiesta.
El periodista condujo diversos programas promoviendo la lengua quechua como símbolo de identidad cultural.
“Me gusta ser locutor en quechua, hacer programas de música folclórica, animar que la cultura peruana siga viva”, menciona. Asimismo, comenta que durante su trayectoria ha dado cobertura a diferentes hechos como las protestas en el valle de Tambo, en la provincia de Islay.
Desde su niñez soñaba con conocer cómo funcionaba una radio, debido a ese anhelo logró la profesionalización en la Universidad Nacional de San Agustín. Sin embargo, no todo fue sencillo, pues la precariedad económica fue un desafío constante, pero su pasión y dedicación lo mantuvo de pie.
“Hemos enfrentado momentos difíciles, pero siempre estuvimos firmes”, reflexiona.
Andrés Javier actualmente se siente orgulloso de ser padre y abuelo e invita a las nuevas generaciones a luchar por un Perú más justo, unido y solidario. Asegura que otro mundo es posible, y que cada día es una nueva oportunidad para construirlo.
“Cuando era joven yo también pensé en entrar al periodismo para cambiar el mundo. Pero, en el camino uno se va dando cuenta que hay muchas dificultades; sin embargo, siempre habrá jóvenes entregados para construir un mundo mejor”, comenta.