Hugo Ramírez, presidente del Centro de Comunicaciones Amakella
El escupitajo que el congresista de Somos Perú, Héctor Valer, lanzó contra un periodista en Juliaca; el atentado con bala contra un vehículo de prensa de un medio de comunicación el pasado viernes en Lima, son sólo algunas evidencias, algunas muestras que el periodismo le resulta sumamente incómodo y molesto a políticos, criminales, y cuanto personaje o grupo que cree que, con su poder, puede amedrentar o callar la labor o función fiscalizadora de los hombres y mujeres de prensa.
Esa tarea de investigar lo oscuro, de escarbar y poner en evidencia las cosas que huelen mal en la sociedad, ha hecho posible que casos como la desaparición y exterminio de estudiantes de la Cantuta por parte del grupo paramilitar Colina se pusieran al descubierto en la dictadura de Fujimori.
Esa labor fiscalizadora e investigativa no permitió que el presidente estadounidense Richard Nixon se saliera con la suya en su plan de espiar a sus contrincantes interviniendo sus teléfonos en el periodo de reelección presidencial en 1974. Tuvo que renunciar como consecuencia del escándalo Watergate, propiciada por periodistas del Washington Post. Casos y destapes periodísticos como los antes descritos son numerosos alrededor del mundo.
En el Día del Periodista que hoy se celebra en el Perú, hacemos énfasis en la práctica de este tipo de periodismo responsable que, en modo alguno avala otras prácticas nefastas y despreciables de periodistas que se venden al poder, el periodismo amarillista y sensacionalista, el periodismo carroñero que no respeta la dignidad de las personas.
Estas son las taras que el periodismo responsable y ético debe superar, además de los múltiples desafíos y retos que hoy plantea al periodismo la era de la revolución tecnológica, las redes digitales, las falsas noticias, la infodemia y desinformación, la concentración de medios en manos de grupos de poder; la precariedad laboral de las y los periodistas. Se incluye en la lista, el riesgo del periodista de jugarse la vida por revelar los abusos, mostrar la voz de quienes no tienen posibilidades de exponerlo. Sólo en el primer semestre del presente año, 13 periodistas han sido asesinados en América Latina; 2 de ellos son periodistas peruanos según la organización Reporteros Sin Fronteras.
Entonces, hacer periodismo responsable tiene enormes desafíos, pero, es a la vez, la contribución que, este nuestro oficio hace a la sociedad; devolverle la confianza al ciudadano, a la ciudadana que muchas veces considera que la corrupción, el aprovechamiento, la mentira, la impunidad, la cultura de la muerte se va imponiendo. Devolverle, con nuestro trabajo, la confianza a la ciudadanía, no sólo es una acción principista y de trascendencia ética sino también una acción política para refundar la democracia y transformar desde sus cimientos la actual e injusta realidad.
Feliz día del Periodista.