El expresidente Alejandro Toledo (2001-2006) rompió en llanto durante la audiencia de apelación en la que solicitó a la Primera Sala Penal de Apelaciones Nacional autorización para ser trasladado a una clínica de Lima. Alegó un grave deterioro en su salud, con sangrados intermitentes, cáncer y problemas cardíacos.
“Ahora me encuentro muy complicado de salud. He llegado a 190 grados de presión arterial y tomo 16 medicinas diarias. Aquí se ha iniciado un proceso de sangrado”, señaló con voz entrecortada y lágrimas en los ojos.
El exmandatario de 78 años afirmó que el Tribunal Constitucional ya ordenó su traslado a la clínica San Pablo, que conoce su historial oncológico y cardíaco. Recordó además que, hace dos años, presentó un habeas corpus para acceder a atención médica especializada sin obtener respuesta.
“Me asusta el tema del sangrado (…) Por favor, necesito ir a la clínica por mi gravedad de condición de salud”, imploró visiblemente afectado.
El pronunciamiento del INPE
Horas después de la audiencia, el Instituto Nacional Penitenciario (INPE) informó que Toledo se encuentra clínicamente estable y que sus enfermedades crónicas están controladas, sin cambios significativos en su evolución.
“Cumple estrictamente con su tratamiento médico habitual bajo supervisión directa. Asimismo, recibe control periódico por parte del equipo médico tratante y monitoreo continuo por personal profesional de enfermería las 24 horas del día”, precisó la entidad en un comunicado.

El trasfondo judicial
Toledo busca revertir la condena de 20 años y seis meses de prisión por colusión y lavado de activos, vinculados a los sobornos de Odebrecht en la Carretera Interoceánica. El tribunal deberá decidir si confirma o no la sentencia emitida en 2024.