La Casa Blanca elevó su presión diplomática en América Latina y envió al Senado de Estados Unidos una comunicación oficial en la que el presidente Donald Trump propone reconocer a Perú como “aliado principal fuera de la OTAN”, un estatus que concede beneficios militares, financieros y estratégicos.
Según el documento, Washington considera a Perú un actor clave en la seguridad hemisférica y sostiene que ambos países comparten prioridades como la estabilidad regional y la lucha contra el narcotráfico. De aprobarse, la designación marcaría una nueva etapa en la cooperación militar y económica entre ambos gobiernos.
La propuesta se produce en medio de un escenario regional tenso, con una postura más dura de Estados Unidos frente a Venezuela y redes criminales transnacionales, y en un momento político sensible para el Perú, que atraviesa un proceso de transición interna.
Desde el Ejecutivo, el presidente del Consejo de Ministros, Ernesto Álvarez, calificó la iniciativa como “una herramienta novedosa que puede aprovecharse en beneficio de nuestras sociedades”. En tanto, el canciller Hugo de Zela, tras reunirse en Washington con el secretario de Estado Marco Rubio, planteó la necesidad de profundizar la cooperación en minerales críticos y operaciones antidrogas.
La categoría de aliado principal fuera de la OTAN no implica la incorporación a la alianza militar, pero sí otorga acceso preferencial a contratos de defensa, equipos estratégicos y asistencia especializada. En la región, solo Argentina, Brasil y Colombia cuentan con este estatus.
De prosperar la propuesta en el Senado estadounidense, Perú podría fortalecer su relación militar y económica con Estados Unidos en un contexto marcado por la expansión del crimen organizado y la creciente inestabilidad regional.

