Crónica| Sheyla y su camino por la inclusión

Pese a las barreras, Sheyla quien fue diagnosticada con parálisis logró terminar sus estudios y una carrera técnica
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Hay quienes dicen que el mundo es para todos, pero ¿Por qué aún existe brechas para las personas con discapacidad? Solo algunos logran superar las barreras que muchas veces implica la discriminación, falta de apoyo del estado y familiar.

Sheyla Huayta tiene 28 años, nació con parálisis, pero eso no le impidió terminar sus estudios y desarrollar una carrera técnica. Ahora es fisioterapeuta y culmina una pasantía laboral en la Corte Superior de Justicia de Arequipa (CSJA).

La parálisis cerebral que padece, afecta la movilidad del cuerpo debido a una lesión en el cerebro. Esto requiere de un apoyo constante y un trabajo duro por parte del entorno familiar.

Su madre, Luz Marina, hizo todo lo posible para sacar adelante a su hija. Las terapias fueron el pan de cada día y gracias a ellas Sheyla logró caminar a los tres años.

“Para mí fue un triunfo ver a mi hija caminar a los tres añitos, sus primeros pacitos fueron una alegría muy grande”, señala.

Ese sería el primer desafío de lo que vendría después, la educación. En Arequipa un gran porcentaje de personas con discapacidad no logra completar los estudios básicos debido a que los colegios no están preparados para atender la demanda educativa de estas personas.

Su primer acercamiento con una institución educativa no fue del todo agradable o satisfactoria puesto que los docentes no estaban capacitados y por lo tanto no le prestaron atención. En cambio, en un segundo intento, una profesora dedicada pudo enseñarle lo correspondiente a su edad.

La secundaria representaba un desafío mayor. Este venía de una docente que lejos de ayudarla, la descartó como futura profesional.

“Me dijo que para que va a estudiar, que vaya hacer manualidades a bordear”, contó la madre.

Para tercero y cuarto de secundaria, Sheyla avanzó por su cuenta. Pero no estuvo sola del todo, detrás de ella estaba su madre con todas las porras. Al terminar el colegio, ingresó al Instituto Montessori dónde desarrolló y culminó su carrera.

Pese a su educación, ella continuó siendo objeto, con regularidad, del mismo estigma, pues no hubo trabajo. Luego sus files fueron enviados al Ministerio de Trabajo, sin embargo, la respuesta también fue negativa.

Dicha situación no solo lo vive Sheyla, sino otras 2 millones 892 mil personas con discapacidad en condiciones de trabajar, pues de estos, menos de la mitad se encuentran laborando, según datos del Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo (MTPE).

La norma establece que las instituciones del Estado tienen la obligación de contratar como mínimo un 5% de personas con discapacidad del total de su personal. Pero hasta octubre del 2022, solo 88 empresas cumplieron con la cuota establecida por ley, en el 2021, solo 72 empresas cumplieron con la disposición.

Para revertir ello, la Comisión de Acceso a la Justicia para Personas en Condición de Vulnerabilidad de la CSJA lanzó un proyecto para poder incluir dentro del personal a más personas con discapacidad. Una oportunidad que Sheyla no dudo en aceptar y ahora lo culminó con un gran reconocimiento.

“Es una lucha muy grande para mi hija porque superó todos los obstáculos, lo ha hecho muy bien y estoy muy orgullosa”, cuenta su madre con entusiasmada.

Sheyla ahora nos recuerda que las limitaciones se las pone cada uno y que hay discapacidades que no son físicas ni mentales, sino del corazón. Nuestra tarea es que la superación no siempre venga de quienes tienen un impedimento.

 

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