Luego de dos años de pandemia a causa del coronavirus y pese a un incremento de contagios en las últimas semanas, en Arequipa se realizó la parada militar donde decenas de personas llegaron hasta la Av. Independencia desde muy temprano para presenciar el desfile de las Fuerzas Armadas.

Pasado las 9:00 a.m. inició el despliegue de las escoltas. La primera institución en desfilar fue el Gobierno Regional de Arequipa donde las miradas se enfocaron en la gobernadora, Kimmerlee Gutiérrez, que lideró el desfile. 

La primera autoridad regional estuvo acompañada de los consejeros regionales, gerentes y trabajadores administrativos en general. 

En la parte final, la Tercera División del Ejército hizo una demostración de la preparación de los miembros de Operaciones Especiales del Perú para recuperar a las personas secuestradas en inmuebles, vehículos y aeronaves. Para esta labor simularon una intervención donde participaron de manera conjunta los equipos de asalto, francotiradores y explosivos.

El evento duró cerca de 3 horas donde participaron las Fuerzas Armadas en general con sus unidades de guerra y más. En el evento también se hicieron presentes algunos institutos locales, municipios, cuerpo médico, entre otros. 

Mala fiscalización. 

Pese a que se permitió la presencia de público en un aforo restringido de cerca de mil personas, este nunca se contabilizó y peor aún nunca pidieron el carnet de vacunación a ninguno de los asistentes. 

Además, algunos ciudadanos denunciaron mediante radio Yaraví que algunos comerciantes de la zona aprovecharon su fachada para alquilar sillas a más de S/.20.00 en un lugar donde debía estar libre.

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