Crónica: La huelga docente en la UNSA continúa

Más de 26,000 estudiantes permanecen sin clases mientras el sindicato ratifica la medida de fuerza tras el fracaso de negociaciones con el Gobierno

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Este lunes, la Universidad Nacional de San Agustín volvió a despertar envuelta en un silencio poco común. Los pasillos vacíos, las aulas cerradas y la ausencia de ese bullicio característico de más de 26,000 estudiantes dibujaban un escenario desolador. A primera vista, el campus parecía haber recuperado cierta normalidad, pero minutos después, el Sindicato Único de Docentes (SUDUNSA) ratificó que la huelga indefinida continúa, tal como fue acordado dos días antes en una asamblea nacional que reunió a cerca de 1,000 docentes de todo el país.

Son ya dos semanas desde que el 10 de noviembre los profesores universitarios iniciaron esta paralización que mantiene a más de 26,000 estudiantes agustinos sin clases presenciales. La medida, que coincidió con los días previos al 197° aniversario de la UNSA, responde a un pliego de reclamos que el gremio presentó en enero de este año y que, según denuncian, fue desechado por el Gobierno sin siquiera abrir un espacio de diálogo.

«En enero presentamos nuestras demandas y fueron desechadas. No se han sentado a conversar, y eso nos obliga a tomar esta medida de fuerza», afirmó visiblemente indignado Roger Tahua Delgado, secretario general del SUDUNSA, cuando iniciaron con la medida de fuerza.

Las demandas sobre la mesa

Los profesores exigen tres puntos centrales: la aprobación del convenio colectivo, una escala salarial acorde con su formación y carga académica, y un mayor presupuesto para las universidades públicas. Además, reclaman que desde hace más de una década no se ejecutan los procesos de ascenso y cambio de régimen docente, lo que frena el desarrollo profesional del magisterio.

La Confederación Nacional de Docentes Universitarios del Perú (CONFENDUP) propuso un incremento salarial de 2,000 soles para todos los docentes, sin distinción de categorías. El Ministerio de Educación, tras una reunión sostenida el 19 de noviembre en Lima con el ministro, viceministro y el cuerpo técnico, ofreció 700 soles. La cifra fue rechazada de inmediato.

«Esa propuesta todavía está en conversación, pero sin embargo ese no es el punto principal», aclaró Tahua este lunes 24. «El punto principal es el presupuesto. Esta semana se va a discutir en el Congreso el tema del presupuesto general de la república, y nosotros hemos indicado que el presupuesto de las universidades no debe ser recortado y debe cumplir con el funcionamiento real de la universidad», acotó con voz firme.

Un conflicto que se radicaliza

El sábado 22 de noviembre, CONFENDUP convocó a una asamblea virtual nacional que inició a las 8:00 p.m. Tras un análisis de la situación, los representantes de todas las regiones del país tomaron una decisión: continuar y radicalizar la huelga indefinida.

«Los docentes universitarios no estamos en huelga desde el 10 de noviembre por beneficio propio; estamos defendiendo el futuro del país», señala el documento. 

Estudiantes divididos y en incertidumbre

Mientras tanto, los estudiantes viven en la incertidumbre. David Calizaya, miembro del Frente de Defensa Estudiantil, expresó su preocupación: «Nos preocupa perder el año académico y se tenga que recuperar en enero, es una situación que lamentaríamos porque hay una gran cantidad de estudiantes que somos foráneos o venimos de otras regiones».

No obstante, el 20 de noviembre, dos consejeros universitarios Jade Teixe y Brian Joel Fernández Canasa manifestaron su apoyo a la medida de fuerza, pero reconocieron que las opiniones estudiantiles están profundamente divididas.

«Teniendo en consideración que en la UNSA hay más o menos 26,000 estudiantes, vemos en nuestras consultas una partición de 50-50 más o menos», explicó Fernández Canasa durante la vigilia que realizaban los docentes con velas luchando por mantenerse encendidas en las manos de los profesores.

Jade Teixe sostuvo por su parte que el recorte presupuestal no solo afecta a los docentes. «Esto va a afectar tanto a los estudiantes, también administrativos y docentes. Va a afectar el presupuesto para comedor, para gestionar los edificios, para la tecnología en salones, para los buses que brinda la universidad y demás servicios«, dijo.

La respuesta institucional

La UNSA emitió dos pronunciamientos durante el conflicto. El 12 de noviembre, mediante el comunicado N°056-2025, autorizó la continuidad del dictado de clases en modalidad virtual para los docentes no sindicalizados y aquellos comprometidos en culminar dentro de las fechas establecidas en el cronograma académico 2025-B. Sin embargo, solo algunos decidieron continuar con las clases virtuales.

El 18 de noviembre, a través del comunicado N°057-2025, la universidad reconoció y respetó el derecho constitucional a la huelga, pero expresó su rechazo a cualquier acción que restrinja el acceso a las instalaciones o afecte a terceros. El Consejo Universitario exhortó a los docentes a mantener sus protestas dentro del marco de la legalidad y pidió al Gobierno Central atender las demandas del sector.

Avances y expectativas 

Roger Tahua reconoció que «ha habido algunos avances». Se refiere a una ley que autoriza a las universidades públicas a reprogramar su presupuesto para su funcionamiento y el incremento para los docentes. Sin embargo, debido a la falta de acuerdos en la última reunión, se espera que salga un decreto supremo donde se especifiquen los aumentos y cantidades.

«Con un presupuesto adecuado la universidad tiene un funcionamiento adecuado», afirmó Tahua con voz firme. «Con un presupuesto recortado, va a haber problemas porque los estudiantes no van a tener servicios, no van a tener comedor, servicio de laboratorio, servicio de movilidad».

Esta semana será crucial. El Congreso discutirá el presupuesto general de la república, y los docentes mantienen la presión para que no se recorten los fondos destinados a las universidades públicas.

La recuperación de clases queda pendiente

Los consejeros universitarios informaron que ya están coordinando con la Dirección de Servicios Académicos y el Vicerrectorado Académico un borrador de cronograma extendido para salvaguardar el año académico. «Si nos atrasamos una semana, también se recorre una semana; si son dos, etcétera», explicó Fernández Canasa.

Tahua señaló que en más de 10 años nunca se ha perdido un año académico en la UNSA, y que siempre se han recuperado clases incluso a costa de las vacaciones, tanto de docentes como de estudiantes.

Sobre la modalidad virtual propuesta por la universidad, Tahua fue pragmático. «Nosotros hemos indicado que no lo hemos contemplado, pero sin embargo ellos lo han impulsado. Pues bueno, en esta recuperación de clases podremos también utilizar eso que ha propuesto la universidad», declaró en una entrevista con Radio Yaraví.

Un episodio similar en el 2023

Este no es el primer paro prolongado que enfrenta la UNSA. En 2023, una huelga indefinida duró más de dos meses, iniciando el 27 de septiembre y afectando a más de 28,000 estudiantes. Las demandas fueron similares: mejor presupuesto para las universidades públicas, mejoras salariales, nombramientos para docentes contratados y financiamiento para infraestructura.

Aquella huelga terminó oficialmente con la reanudación de clases el 5 de diciembre de 2023, y las labores de recuperación se extendieron hasta febrero de 2024. La culminación se dio después de que la expresidenta Dina Boluarte manifestará que habría un incremento salarial, tras ello la Federación Nacional de Docentes Universitarios del Perú (Fendup) por fin dieron una tregua.

¿Cuándo se retomarán las labores?

Mientras otras regiones como Cusco suspendieron la huelga y procedieron con las labores académicas, en Arequipa el SUDUNSA mantiene firme su posición. De los 1,800 docentes que laboran en la UNSA, aproximadamente 1,100 están afiliados al sindicato.

«El Gobierno ha demostrado que tiene recursos cuando quiere: compra autos para generales, otorga aumentos a embajadores, el Congreso incrementa sus sueldos y el presidente también. Así que no pueden decir que no hay dinero», sentenció Tahua en los primeros días del paro.

La pregunta que ronda entre estudiantes es la misma: ¿Cuánto tiempo más durará esta paralización? La respuesta, por ahora, depende de lo que ocurra esta semana en el Congreso de la República, donde se definirá el presupuesto que determinará no solo el futuro inmediato de la UNSA, sino el de todas las universidades públicas del país.

Por lo pronto, la huelga continúa. Y con ella, la incertidumbre de miles de estudiantes que ven cómo sus calendarios académicos se extienden hacia un 2026 cada vez más incierto.