El penal de Socabaya está colapsado y se ha convertido en una bomba de tiempo en medio de la ciudad. Con más de 2,300 internos en un espacio para 670, la sobrepoblación supera el 240% y convierte al establecimiento en un foco de inseguridad para Arequipa, advierte José Miguel Briones, jefe de Seguridad Pública y Defensa Nacional del Gobierno Regional de Arequipa.
“Un buen porcentaje de llamadas extorsivas proviene de Socabaya. No podemos neutralizar las señales porque afectaría a los vecinos. Ya no es viable mantenerlo en la ciudad”, advirtió el coronel en retiro.
La propuesta regional apunta alto: cerrar Socabaya y construir una mega cárcel de máxima seguridad en Tisco, Caylloma, a más de 4,600 metros sobre el nivel del mar. El lugar, aislado, de difícil acceso y sin cobertura telefónica, sería un enclave pensado para quebrar las mafias que operan desde los penales.
El terreno de 100 hectáreas cuenta con agua (un riachuelo), opción de energía cercana y tierras para actividades agrícolas y ganaderas. La idea es que los internos trabajen y que la prisión acoja entre 5 mil y 8 mil reos, incluidos los de alta peligrosidad.
Briones destacó que mantener Socabaya es un riesgo y una pérdida de oportunidad. “Ese espacio serviría para hospitales o centros de convenciones. Socabaya cumplió su ciclo de vida”, señaló.
El Gobierno Regional envió la propuesta al Ministerio de Justicia hace tres meses. La inversión sería asumida por el Ejecutivo nacional, mientras que Arequipa aportaría el terreno.