Historia de Juana Chuquitalla: “Prefiero morir con covid que de hambre”

La comerciante natural de Cusco lleva más de 25 años dedicado al comercio con lo que sacó adelante a dos hijos.
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La pandemia del nuevo coronavirus sigue afectando a la población, donde los que menos recursos económicos son los más vulnerables y tienen tratan de hacer magia todos los días para llevar un pan a casa o venden gran parte de su mercadería a precisos súper bajos para poder subsistir y no morir de hambre.

Ese es el caso de Juana Chuquitalla Taco de 59 años natural de Espinar – Cusco que lleva más de 25 años dedicados al comercio donde vende zapatillas de lona, pantuflas, sandalias de todo tipo en un pequeño local del centro comercial Siglo XX ubicado en la plataforma Andrés Avelino Cáceres.

“En la pandemia he vendido mis pantuflas, sandalias para poder sobrevivir. Lo he vendido en la calle para llevarme el pan de cada día por eso ahora tengo poca mercadería”, dijo.

La pandemia también ocasiono que sus dos hijos mayores de Juana perdieran sus trabajos y actualmente tratan de buscar empleos momentáneos para juntar al menos el dinero necesario y comparar víveres para la comida del día donde se acuestan preocupados con el solo hecho de imaginar que pasará el siguiente día, si comerán o conservarán sus empleos.

“Ahora no tengo mercadería surtida porque (en la primera ola de contagios) me lo he comido, ahora si no tengo plata en el bolsillo de igual manera haré, venderé mi mercadería para poder comer”, indicó al borde de las lágrimas.

Chuquitalla que llegó a Arequipa hace 15 años salió a protestar con su cartel en mano que decía “EL HAMBRE NO ESPERA, DÉJENOS TRABAJAR” pidiéndole al presidente Francisco Sagasti un poco de piedad y pueda levantar la cuarentena en Arequipa que tras casi un año ha generado que miles de personas perdieran sus empleos y muchos negocios se fueran a la quiebra total.

“PREFIERO MORIR CON COVID QUE DE HAMBRE”, dijo decidida durante la primera marcha donde miles de comerciantes salieron a protestar sin miedo al tan temible enemigo invisible como es el coronavirus que sigue arrebatando familiares y generando más pobreza en un país donde los altos funcionarios se vacunan a escondidas, sí, esos funcionarios que tienen apellidos de renombre, con sueldos que superan las cinco cifras viven tranquilamente, mientras que la gente más pobre día tras día mueren de hambre y sus historias quedan en la nada, sin importar como un “PERIÓDICO DE AYER”.

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