Por: Hugo Ramírez
Ha fallecido el teólogo Gustavo Gutiérrez, el padre de la Teología de la Liberación. Uno de los pensadores más importantes del Perú contemporáneo y de América Latina entera.
Su pensamiento y obra no sólo disgusto a los sectores conservadores de la Iglesia Católica; también a los sectores y grupos de poder político, económico de nuestra sociedad peruana y latinoamericana en los años 70 y 80. ¿Pero, porqué su pensamiento saco roncha, generó molestia en las altas esferas del Vaticano y los sectores conservadores de la sociedad acusándolo incluso de hacer política e ideología y no teología? Porque fue un profundo crítico de las injusticias de los poderosos contra los pobres.
En 1971 publicó su obra maestra Teología de la Liberación y allí analiza, desde su fe, la vergonzosa situación en la que viven millones de pobres en el continente y el mundo entero y se cuestiona cómo anunciar el mensaje de Cristo en un mundo marcado por la injusticia estructural. Toda su vida ha estado orientada a defender la opción preferencial por los pobres en apego al mensaje central y principal de Cristo desde su origen. Una opción que, sin mencionarlo, cuestiona la propia actuación de la iglesia que, en muchos momentos de la historia ha estado del lado de los poderosos avalando explícitamente, o con su silencio, las fechorías de la clase dominante.
Bien vale hoy recordar algunas palabras del padre Gutiérrez cuando en sus numerosos escritos dice: “La pobreza y desigualdad es un problema central de todo el planeta”. “La pobreza es muerte temprana e injusta. Por eso, el compromiso con el pobre no puede evitar la denuncia de las causas de la pobreza”.
El legado de Gutiérrez es que desbarató el discurso de los poderosos que “el pobre es pobre porque quiere” y anima a la sociedad, creyentes o no, a luchar contra la pobreza; a encontrar mediante el diálogo, puntos de acuerdos, así como asumir una actitud solidaria con los más necesitados.
Luego de ser obligado por la jerarquía del Vaticano a guardar silencio, el actual Papa Francisco reivindicó su obra y pensamiento. En una emotiva carta enviada el 2018, le dice: “Gracias por cuanto has contribuido a la Iglesia y a la humanidad, a través de tu servicio teológico y tu opción preferencial por los pobres y los descartados de la sociedad”.
Y nosotros, los que hacemos parte del Centro de Comunicación Amakella-Radio Yaraví también te damos gracias por habernos iluminado con tu pensamiento. Hace muchos años te tuvimos en la radio, en una larga entrevista, y allí nos volviste a contagiar el compromiso de no bajar la guardia en la lucha por un mundo más justo y sin pobres.
Descanso eterno, querido Gustavo.