El Ejecutivo interino de Bolivia comenzará a negociar la intervención de hospitales y cementerios privados ante el riesgo de colapso de los servicios públicos sanitarios y mortuorios por la pandemia, anunció este lunes el ministro de Gobierno (Interior), Arturo Murillo.
“Vamos a empezar hoy día dos procesos, uno de expropiación o de intervención del hospital de Udabol de Santa Cruz (este), que tiene una capacidad de 400 camas y alrededor de 100 terapias intensivas, y en Cochabamba (centro) Univalle, que tiene una capacidad de más de 120 camas y alrededor de 20” de cuidados intensivos, dijo Murillo en una conferencia de prensa.
El ministro especificó que la intervención en nosocomios y cementerios privados será negociada con el pago de una compensación. "No se trata de quitarle nada a nadie. Si se expropia será a un precio justo", señaló.
Además, anticipó que "en caso de que lleguemos a colapsar, vamos a intervenir cementerios privados", e hizo mención a la situación crítica en la necrópolis de Cochabamba, ciudad fuertemente azotada por la pandemia.
"En una semana podemos colapsar el cementerio general Cochabamba", dijo durante el encuentro con la prensa, realizado en esa ciudad.
Murillo explicó que la decisión fue tomada en conjunto con la presidenta interina Jeanine Áñez, quien se encuentra desde la semana pasada en cuarentena con un cuadro asintomático de COVID-19.
Con 11 millones de habitantes, Bolivia suma más de 48 mil 000 infectados y mio 807 decesos por la pandemia.
Desde la aparición en Bolivia del virus en marzo, los gobiernos central, regionales y municipales habilitaron de mutuo acuerdo hospitales públicos específicos para la atención exclusiva de pacientes COVID-19, pero estos han comenzado a colapsar por la escalada de la pandemia.
Los hospitales COVID-19 reciben a pacientes de toda índole, inclusive los afiliados a seguros privados, lo que según el ministro está dejando sin atención a “la gente más humilde, más pobre, que no tiene condiciones de pagar un seguro”.