Desde que tomó el equipo, en la fecha siete del torneo Apertura, hubo un ascenso importante en todo aspecto. Marco Valencia asumió la jefatura del comando técnico del equipo profesional del FBC Melgar cuando los resultados eran adversos, hubo una dolorosa eliminación en Copa Libertadores y la ruta que se había tomado era la del fracaso en la Liga 1.
Hace unos días, el «dominó» recibió el saludo de la Confederación Sudamericana de Fútbol como clasificado a la Copa Libertadores del 2025. Logro impensado ya que a inicios de año, bajo la dirección del argentino Pablo de Muner, solo se consiguieron 2 triunfos, 2 empates y 4 derrotas; entre estos un empate y derrota ante Aurora de Bolivia.
Su destitución pudo ser antes, pero la directiva se tomó un tiempo para que un peruano asuma las riendas del equipo. Debía ser por dos fechas, luego cuatro, finalmente se adoptó la inteligente decisión de que Marco Valencia se quede hasta fin de año. Así es que dirigió hasta el momento 27 compromisos de los cuales ganó 19, empató 5 y perdió 3; sumó 62 de los 69 puntos acumulados en el año.
Los números son muy buenos. Lo respaldan para tener continuidad durante el 2025. Sin embargo, el club se ha limitado a decir que Marco Valencia tiene contrato por un año más, pero para dirigir a las divisiones menores. El hincha lo quiere por una temporada más con los mayores y eligiendo a los jugadores con los que podría contar para afrontar dos campeonatos. Hoy Melgar, en el torneo local, tiene 33 partidos jugados, 21 triunfos, 6 empates y 6 derrotas.
Este fin de semana se cierra el Clausura con un partido de local ante Deportivo Garcilaso del Cusco desde las 3 p.m. en el estadio Monumental Arequipa. Podría darse el triunfo 20 para el comando técnico nacional que supo, además, llevar a las Reservas hacia una final que se perdió en una cancha no neutral.
Dependiendo de la posición del equipo, en la clasificación a Copa Libertadores, se iniciará la próxima pretemporada para el 2025. Con Valencia o un técnico extranjero, eso lo responderá la directiva. Lo cierto es que el arequipeño tomó con calma los buenos momentos y asumió toda la responsabilidad en los malos.