Fernando Zavala y su amigo Raúl Casanova tenían 16 años cuando decidieron irse a Argentina. Viajaron a Lima para tramitar sus pasaportes y obtener los pasajes. Solo el segundo logró su cometido, Fernando empezó a trabajar, a ganar dinero y decidió hacer su vida en la capital.
Ya era hincha del FBC Melgar hace varios años atrás porque su padre lo llevó vestido de rojo y negro al estadio de IV Centenario donde disfrutó de los triunfos y soportó las derrotas. Sin embargo, su amor al equipo arequipeño logró niveles impensados cuando logró el campeonato de la Copa Perú en 1971.
Zavala estuvo en el partido final jugado en el Estadio Nacional y gritó hasta quedar afónico el gol de Luis Ponce Arroé para lograr el título. Desde entonces decidió formar lo que podría ser la primera barra organizada del club la misma se denominó ‘Arequipeños residentes en Lima’, luego ‘Agrupación arequipeña’. Inicialmente eran 30 o 40 seguidores que se reunían en los partidos que Melgar jugaba de visita, después de 50 años, llegan a ser 300.
“Te cuento que hace varios años no había mucha violencia como la de hoy. Inclusive llegamos a compartir la misma tribuna con la barra de Alianza Lima, Boys o Sporting Cristal. Todo empezó a cambiar a mal porque una vez en Matute tuvimos que salir en tanquetas de la policía del lugar porque ganamos a Alianza con gol de Juvenal Briceño, se nos vinieron encima, es una de las pocas malas experiencias que hemos tenido los buenos hinchas de Melgar”, refirió Zavala que pasa unos días en su natal Arequipa visitante amigos y recordando buenos tiempos con algunos exjugadores.
Hoy, a sus 76 años, lamenta haber perdido grandes amigos hinchas, lo mismo que a su hermano cómplice en sus aventuras futboleras y a su esposa Julia Marroquín, aliada de su cariño por el equipo de fútbol de su tierra. No entiende cómo es que un joven arequipeño puede ser hincha de un club capitalino.
“Me da mucha pena ver a muchos jóvenes que hoy apoyan a equipos de Lima y no a Melgar. Como pueden tener esa conciencia. Esos clubes son corruptos, a Melgar solo le pueden ganar con métodos corruptos. Sin malos arbitrajes y manejo neutral no son rivales para nosotros”, comentó al momento de recordar que fue Humberto Martínez Morosini, periodista arequipeño, quien dio un gran apoyo a la barra solventando algunos pasajes con el apoyo de Panamericana Televisión.
El club le abrió las puertas para que pueda recibir honores por ser uno de los primeros barristas del FBC Melgar. En su poder están recuerdos, banderas autografiadas con los campeones del 71’ y el 81. Esta semana, jugadores como Jesús Oviedo junto a hinchas como Jorge Eguileta le dieron la bienvenida junto con banderolas rojinegras que seguirán flameando en las tribunas como muestra de un cariño que aumenta con el pasar de los años y los campeonatos.